Fan. (Del ingl. fan, acort. de fanatic). Com. Admirador o seguidor de alguien. 2. Entusiasta de algo. Es un fan de la ópera.
¿Qué es un fan? La real academia de la lengua (RAE), como vemos arriba, nos da un alcance. Por un lado, nos dice que es la abreviación en inglés de la palabra fanático y por otro menciona que es un admirador, seguidor y hasta entusiasta. Entonces, claro está lo que se entiende como Fan.
Ahora bien, en el tan popular Facebook podemos encontrar un mundo de admiradores, seguidores y entusiastas. Se ha hecho usual hacerse fan o seguidor no solo de alguien en particular, si no de productos e incluso de situaciones específicas. Observé la variedad de objetos, situaciones y personas de las que soy “fan” y me sorprendí. Ahí van algunas, seleccionadas en categorías para hacer más evidente su variedad:
Famosos o figuras públicas: Lionel Messi, Dr. House, Chris Rock, Venus Williams, La tía “Si, lo esta”, Helga Pataki, El bananero, Ron Damón, Homero Simpson, Teofilo Cubillas, etc.
Programas de Televisión: Futbol para todos, My wife and Kids, Entre Titulares, Friends, El chavo del ocho, Hey Arnold, etc.
Productos comerciales: Gomitas, Sprite, VH1, Jhonnie Walker, Pringles, Donuts, Converse, Inca Kola, etc.
Productos comestibles: Pizza, Ají de gallina, Panqueques, Salchipapas, KFC, Bubble tea, etc.
Situaciones misceláneas: Odio estar sin saldo, Yo estudio un día antes de la prueba, Odio los mosquitos, Los viernes, Me pone muy feliz encontrar plata en los bolsillos del pantalón, Yo tengo una amiga borracha, etc.
Lo extraño de todo esto es que he apretado el botoncito de “Hazte fan” la exorbitante cantidad de 265 veces y ahora que hago el recuento recién recuerdo tantas cosas o personas de las que me he hecho fanático. Puedo asegurar que no he batido ningún record ni que lidero algún ranking dentro de mis amigos; sin embargo, es innegable que existen otras personas que, debido a mayor extensión conocimiento comercial o a una manía irracional de hacerse fan indiscriminadamente de cualquier cosa, superan de lejos mis humildes 265 “Hazte fan”.
Según Mcluhan existen variedad de extensiones que representan parte de nosotros mismos y que encarnan y exponen de mejor forma muchas cosas que explicadas de manera literal estarían herméticamente limitadas a una explicación teórica difícil de concebir. ¿A qué me refiero con esto? Simple. Lo explicaré con un ejemplo. Parte de tu personalidad es ser una persona distraída, divagante, con gran sentido del humor y juguetona; explicarle esto a alguien puede terminar siendo perjudicial y atentar contra la buena imagen de uno mismo, entonces ¿Cómo explicamos estas cualidades nuestras? Dibujos animados. Si. Los dibujos animados son la forma de explicar esa parte de nuestra personalidad que escapa al mundo formal y dedicado a la seriedad.
Entonces, si queremos extender nuestra personalidad solo apretemos ese atractivo botón que dice “Hazte fan” y enseñémosle al mundo lo que nos gusta e incluso a nosotros mismos. Encontraremos coincidencias que nos asustaran o nos harán reír. Un consejo más, no seamos tan acelerados de aceptar cualquier cosa, persona o situación que se nos ofrezca. Leamos, Pensemos y luego usemos nuestro dedito índice para hacer click. Recuerden que lo que hagamos mucho puede decir de nuestra personalidad.
¿Qué es un fan? La real academia de la lengua (RAE), como vemos arriba, nos da un alcance. Por un lado, nos dice que es la abreviación en inglés de la palabra fanático y por otro menciona que es un admirador, seguidor y hasta entusiasta. Entonces, claro está lo que se entiende como Fan.
Ahora bien, en el tan popular Facebook podemos encontrar un mundo de admiradores, seguidores y entusiastas. Se ha hecho usual hacerse fan o seguidor no solo de alguien en particular, si no de productos e incluso de situaciones específicas. Observé la variedad de objetos, situaciones y personas de las que soy “fan” y me sorprendí. Ahí van algunas, seleccionadas en categorías para hacer más evidente su variedad:
Famosos o figuras públicas: Lionel Messi, Dr. House, Chris Rock, Venus Williams, La tía “Si, lo esta”, Helga Pataki, El bananero, Ron Damón, Homero Simpson, Teofilo Cubillas, etc.
Programas de Televisión: Futbol para todos, My wife and Kids, Entre Titulares, Friends, El chavo del ocho, Hey Arnold, etc.
Productos comerciales: Gomitas, Sprite, VH1, Jhonnie Walker, Pringles, Donuts, Converse, Inca Kola, etc.
Productos comestibles: Pizza, Ají de gallina, Panqueques, Salchipapas, KFC, Bubble tea, etc.
Situaciones misceláneas: Odio estar sin saldo, Yo estudio un día antes de la prueba, Odio los mosquitos, Los viernes, Me pone muy feliz encontrar plata en los bolsillos del pantalón, Yo tengo una amiga borracha, etc.
Lo extraño de todo esto es que he apretado el botoncito de “Hazte fan” la exorbitante cantidad de 265 veces y ahora que hago el recuento recién recuerdo tantas cosas o personas de las que me he hecho fanático. Puedo asegurar que no he batido ningún record ni que lidero algún ranking dentro de mis amigos; sin embargo, es innegable que existen otras personas que, debido a mayor extensión conocimiento comercial o a una manía irracional de hacerse fan indiscriminadamente de cualquier cosa, superan de lejos mis humildes 265 “Hazte fan”.
Según Mcluhan existen variedad de extensiones que representan parte de nosotros mismos y que encarnan y exponen de mejor forma muchas cosas que explicadas de manera literal estarían herméticamente limitadas a una explicación teórica difícil de concebir. ¿A qué me refiero con esto? Simple. Lo explicaré con un ejemplo. Parte de tu personalidad es ser una persona distraída, divagante, con gran sentido del humor y juguetona; explicarle esto a alguien puede terminar siendo perjudicial y atentar contra la buena imagen de uno mismo, entonces ¿Cómo explicamos estas cualidades nuestras? Dibujos animados. Si. Los dibujos animados son la forma de explicar esa parte de nuestra personalidad que escapa al mundo formal y dedicado a la seriedad.
Entonces, si queremos extender nuestra personalidad solo apretemos ese atractivo botón que dice “Hazte fan” y enseñémosle al mundo lo que nos gusta e incluso a nosotros mismos. Encontraremos coincidencias que nos asustaran o nos harán reír. Un consejo más, no seamos tan acelerados de aceptar cualquier cosa, persona o situación que se nos ofrezca. Leamos, Pensemos y luego usemos nuestro dedito índice para hacer click. Recuerden que lo que hagamos mucho puede decir de nuestra personalidad.
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